viernes, 17 de noviembre de 2017

Del primer instante


Del primer instante.

Los amores no dependen de la belleza de sus actores, más bien de la hermosura del  primer instante, ese,  en el cual el silencio desprende un gusto inigualable a miel de amor, miel original, única y misteriosa que ocupa los sentidos y los esclaviza a trabajar en su favor por un buen tiempo.

Muchos amores tienen comienzos instantáneos y finales infinitos, uno se enamora en un microsegundo y no sabe cómo ni por qué le entrega su mente y corazón a un total desconocido, que demora un millón de instantes iguales  en devolvernos la cordura y otro tanto en  mostrarnos las puertas del olvido.

Existen amores raros, agudos y profundos,  que nacen desde la intensidad de aquel relámpago  inicial calando hondo. A otros, los escriben las circunstancias y a medida que el tiempo pasa, se van  haciendo profundos, gota por gota, poco a poco se afianzan como raíces en suelo árido. 

Hay amores que son  collages de idas y venidas  unidas con restos rancios de aquellas primeras mieles,  sueños más que amores, pero amores en fin, porque uno ama.


Igualmente, todos los amores son  únicos e irrepetibles, algunos como  joyas talladas en una sola pieza, diamantes engarzados en metales preciosos o argollas de alambre y cuentas de vidrio, fantasías que pierden su brillo con la primera lluvia… Pero, por el extraordinario  sabor de esa miel prima todos los amores valen el riesgo de entregarse y perderse, porque el valor de un amor no depende del tiempo ni de la belleza de sus actores sino de la hermosura del primer instante. 

Salma Hassan

lunes, 6 de febrero de 2017

Mariposas y luciérnagas


Mariposas y luciérnagas

A mi amigo Willy

Me despedí de aquellas mariposas azules tal como se despide un niño de sus compañeros de clase, con lágrimas a punto de descolgarse, tragando el sorbo salado de la angustia. Sabía que febrero tenía un ritmo de vuelo especial y que no era ni el viento ni las hojas amarillas lo que marcaban el fin del verano, era el viaje hacia la ciudad.

Por largos años mi felicidad estuvo plantada en enero y florecía cada año con más fuerza para perecer algún fin de semana de febrero. Tenía una muerte lenta que se anunciaba un viernes y soltaba su último estertor el domingo de tarde en una larga caravana de vehículos, a paso de hombre, por cincuenta kilómetros hacia la capital .

Ningún carnaval con tronar de tambores , ni teatro, ni rambla podrían devolverme  la sensación de mis pies enterrados en la arena húmeda del río. Nada se comparaba a las  tardes llenando bolsas de caracolas, piedras y vidrios de colores gastados por las olas. Los supermercados de Montevideo no vendían frascos de luciérnagas. En ningún museo estaba pintada la sonrisa de mi madre al verme correr libre por la orilla, ni las luces de la ciudad podían darme las noches  inundadas de luciérnagas con su tic tac casi amenazante sobre mi cabeza. El verano en la playa era el rey de mis entretenimientos, un lugar casi mágico donde jugar, crecer y aprender.

A veces pienso que me vuelvo niño cada vez que regreso, jugando con las agujas de pinocha, escribiendo en las nubes mis deseos. No hay mayor felicidad que recordar los buenos tiempos, y aunque cada vez sean menos los días de playa, jamás podré borrar de mí el recuerdo de felicidad plena a orillas del río, con cuerpo pequeño y mente voraz...Allí donde las mariposas y las luciérnagas aún me dejan mensajes escritos en los troncos de los pinos para que vuelva siempre que piense en ellas.


Salma Hassan

viernes, 27 de enero de 2017

Banderas




Buscar entre mis telas tus ojos.
Tus ojos como escudos
que evitan mi mirada.

Y mi sangre tu savia.
Y tu savia este vidrio
cortante entre las venas.

Buscar el desafío de entender tus razones.
Razón para perderse,
razón para encontrarte.

El pasado un presente
y el globo de tu vientre
mi bandera.

(No hay distancia
que te aleje de mí
ni la habrá,
quiera quien quiera.)

Serás siempre mi vida
serás siempre  mi sangre
y mis brazos abiertos
tu bandera.

Salma H.

 *(Viñeta de Gervasio Troche)